Foto: Taringa.net

 José Mourinho es famoso, entre otras cosas, por su partícular forma de ser y la multiplicidad de títulos importantes que ha conseguido en el fútbol europeo. The Special One es, sin duda, un personaje muy polémico en este deporte, sobre todo por sus declaraciones ante la prensa o los distintos escándalos que ha protagonizado pero lo que vemos normalmente ante las camáras, no significa todo lo que es Mourinho.

Es bien sabido que muchos de sus jugadores han reconocido la calidad de Mou para entrenar, hacer grupo y sobre todo para motivar a sus jugadores. Uno de estos fue Marco Materazzi, el zaguero italiano, el cual se le recuerda por recibir un cabezazo de Zidane en la final de la Copa del Mundo de Alemania 2006 y que también fue dirigido por José en el Inter, ese que logró el tan ansiado triplete cuatro años después.

Materazzi no era un jugador que solía tener minutos para esos momentos, sin embargo, la llegada de Mou supuso una nueva oportunidad para él como futbolista: El portugués confío en sus capacidades y lo llevó a jugar un buen fútbol con la escuadra italiana, siendo regular en dicho club y además, haciéndolo sentir importante en el equipo.

Desde entonces, se creó un lazo importante entre Materazzi y Mourinho, en donde ambos se reconocían como mucho más que un entrenador y un jugador. De hecho, Marco nunca escatimó en elogios para José y siempre que tuvo la oportunidad lo destacó como uno de los mejores entrenadores.

Mourinho concluyó su paso en el Inter y dejaría más que un club, dejaría a un amigo para afrontar un nuevo proyecto con el Real Madrid, sí, dejaría de entrenar a Materazzi. Tal realidad hizo estallar lo que creo es el lado más sensible que le hemos visto a Mou desde hace mucho tiempo.

Justo después de que el Inter consiguiera ganar la final de la champions del 2010. Mourinho partía hacía su nuevo destino, pero sabía que no podía despedirse de una manera tan simple de alguien tan especial, así que José hizo que se detuviera el automovil e innundado en lagrimas corrió a abrazar a Materazzi:


Después de esta escena impactante para muchos, se conoció (por voz propia de Mourinho) que Materazzi había tenido un gran gesto con él, diciéndole: "Terminó mi carrera porque no puedo tener otro entrenador después de ti".

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