Jugar con pasión
La pasión nos induce a un estado de conexión emocional con aquello que consideramos valioso o importante. De la pasión proviene el entusiasmo, la fuerza y el sentimiento de entrega absoluta. En efecto, cuando algo nos apasiona, entregamos algo más allá de la fuerza mental, del talento o simplemente la fuerza física: el corazón, como un símbolo de compromiso vital hacia las cosas que hacemos o nos dedicaremos a hacer.
Así pues, al dar este breve concepto, se puede observar cómo influye a la hora de entrar a la cancha, la pasión que siente un jugador hacia al fútbol y a uno que no, ya que, jugar con pasión, es mucho más que jugar. La pasión por jugar fútbol hace que el jugador se vea obligado a desprenderse de muchas cosas, a invertir su tiempo, dinero, energía por lo que considera es lo más importante y significativo en su vida. Por ello, es inevitable darse cuenta cuando un futbolista siente verdaderamente pasión hacia al juego y hacia el equipo que representa, debido a que todo esto queda reflejado a la hora de empezar y culminar un partido.
En consecuencia, debemos destacar, que la pasión es el alimento necesario en cada uno de los jugadores que integran un equipo, debido a que esta, es la fuerza interna que hará que los jugadores se mantengan de pie en el campo, a pesar de que tan cerca o no estén de ganar un partido, de cómo sea el clima o el campo en el que se están desenvolviendo; Ya que, esta la energía interior que impulsa a los futbolistas de los diferentes equipos, a lograr cosas superiores en el campo y así obtener la victoria de un partido. Por ejemplo, en distintas oportunidades, hemos podido notar como la pasión de un jugador se convierte en ese “plus”, que hizo que marcara una diferencia en la cancha.
2 comentarios
Esta es la explicación de porque hay jugadores buenos que en ciertos equipos juegan muy mal y cuando van a la selección de su país son unos auténticos cracks. Muy interesante.
ResponderEliminarCorrecto, no pudiste decirlo mejor.
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