El Werder Bremen le ganó por la mínima al Hamburgo
Mirko Slomka se ha estrenado a domicilio con su primera derrota a cargo del Hamburgo. Su equipo llegaba al histórico derbi del norte con la euforia de la sorprendente y contundente victoria ante el Borussia Dortmund en el primer partido de su nuevo entrenador, pero en Bremen volvieron a sufrir una derrota que hunde más al equipo, frente a un rival directo en la Bundesliga. La enorme presión de la grada verdiblanca, así como la partitura escrita por Robin Dutt y la excelente interpretación de sus jugadores, les valió para conseguir una victoria que les era esquiva en las últimas jornadas, y con ella tres puntos que pueden resultar vitales en la lucha por eludir el descenso.
La ‘trampa’ de Dutt
El técnico del Werder Bremen, quizás consciente de que en el juego de toque ante el Hamburgo podría no salir ganando, planteó una estrategia de contras muy efectiva, buscando la espalda de la defensa del HSV, con hombres rápidos y habilidosos como Petersen o Di Santo. Sin embargo el único gol del partido llegó en un saque de falta, tras el cual una genialidad de asistencia de tacón del capitán Hunt, llegó a pies de Junuzovic que logró batir a Adler con un tiro raso. En tal vez su primera y única ocasión de verdadero peligro, casi fortuita, el cuadro local consiguió ponerse por delante.
Con el gol, el guión que había escrito Robin Dutt continuaba siendo leído al pie de la letra por su equipo. Mientras tanto, el HSV lograba engarzar alguna jugada combinada aislada con las que realmente generaba peligro. Sin embargo, no lograba finalizar las jugadas. El recién convocado por la selección alemana, Pierre-Michel Lasogga, estaba demasiado vigilado, y sin su acierto de cara a puerta, las posibilidades de hacer gol pasaban por que el mediapunta Çalhanoglu lograra enviar a la red alguno de sus peligrosos disparos, o alguno de sus lanzamientos encontrara remate. Pero el tanto del empate no llegó.
La máxima expresión de la táctica
En el descanso, Slomka dio entrada a van der Vaart, con la intención de ganar más posesión, y sobretodo finalizar más jugadas. Y lo primero lo consiguió, no así lo segundo.
El HSV salió con fuerza a por el empate, y se hizo con el control del centro del campo. Consciente de ello, Dutt quitó a Di Santo para meter un hombre más en esa zona, Gebre Selassie. La presión en el centro del terreno de juego, la espoleta de la grada animando a rabiar, y la efectividad de la táctica verdiblanca, fue ganando terreno poco a poco, y la posesión del Hamburgo se veía limitada a su propio campo. El equipo de Slomka había desperdiciado sus mejores minutos y ocasiones, y pronto, los centrales del HSV empezaron a sufrir el acoso del Werder Bremen: Djourou se veía desbordado por Petersen, Rajkovic lesionado tras una falta, y después Sobiech, que acababa de sustituir al serbio, perdió un balón ante la presión de Petersen, que apunto estuvo de convertirse en el segundo gol de su equipo, de no ser porque Junuzovic no tuvo claridad ofensiva en la segunda parte. El Werder acabó marrando demasiadas ocasiones también debido a un inspirado Adler, que evitó que el Hamburgo se llevara una derrota más abultada.
Al final, victoria balsámica para el Werder Bremen, que les sirve para alejarse relativamente del descenso. El Hamburgo por su parte seguirá una jornada más en puestos de play-off, y vuelve a la derrota tras el espejismo de la jornada pasada.Fuente: mibundesliga
0 comentarios