Jugar por amor o por dinero


Concluidas las temporadas en el viejo continente, se abre de inmediato las oportunidades para que los clubes intenten fichar a jugadores, técnicos, así como también venderlos, cederlos o simplemente no renovar sus contratos. Cada año, es interesante ver todos los traspasos que se hacen, la transformación de todos los equipos de cara a los siguientes retos y quizá, alguno que otro descontento por lo que se considere una mala decisión.


Muy temprano en el mercado de pases, se dio a conocer que, la estrella del fútbol colombiano, Radamel Falcao García y el Mónaco francés, estaban llegando a un acuerdo, en el que resalta la gran suma de 14 millones de Euros por temporada. Al saber de esta noticia, es inevitable preguntarse dos cosas: ¿por qué?, ¿por qué dejar un club en donde tienes posibilidades de crecer como deportista?, y así como se hacen estas interrogantes, es muy fácil responder: 14 millones de Euros. 


Esta no fue la única decisión que acaparó la atención de todos, luego, el mundo se enteró (después de mucha incertidumbre) que el astro, Neymar, fichó por el F.C. Barcelona, "un sueño" para el brasileño. A pesar de que la oferta del Real Madrid era más grande, el ex futbolista del Santos se decantó por jugar en el Camp Nou y cumplir el objetivo que se había planteado desde siempre.


He aquí el verdadero ejemplo de lo que pasa últimamente en el fútbol, el dinero se impone ante todo. Con esto se pierde el sentido del deporte, que debe ser: Jugar porque te hace feliz, porque te sientes bien en ese club con la fanaticada, porque es tu sueño. ¡Que gran diferencia hay entre Falcao y Neymar!, hasta se podría decir que uno ama el fútbol y el otro no, aunque cada quien es libre de sus decisiones y de sus rumbos. 

Si me preguntan, Neymar acertó, Falcao cometió un grave error.

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