Los goles, como el ketchup




Desde sus primeros pasos como merengue en la temporada 2006-2007, el argentino Gonzálo Higuaín tuvo enormes dificultades: La principal  radicaba en asumir el reto de ser jugador oficial del Real Madrid y estar a la altura de nombres de alto calibre tales como Raúl, David Beckham, la promesa del momento: Robinho, Cannavaro, Sergio Ramos, Casillas y su más reciente fichaje estrella: Ruud Van Nistelrooy.

El holandés, a pesar de ser uno de las competencias directas para el joven Higuaín, llegó a ser parte fundamental para su desarrollo como futbolista, sobre todo en ese inicio sombrío para Gonzálo, que a penas logró marcar 2 goles en su primera temporada. Van Nistelrooy sabía del potencial que había en él y desde sus primeros contactos como compañeros de plantilla, se podría decir que se desarrolló una buena amistad en donde el lazo central fueron los goles.

Consciente de las enormes críticas que llovían sobre Higuaín, por no mostrar un nivel adecuado para la casa blanca, Ruud decidió darle la receta de su éxito como goleador con una frase que marcaría su carrera: "Los goles son como el ketchup ... a veces, no salen por más que lo intentes y luego, vienen todos de golpe". Con esta maravillosa analogía, Van Nistelrooy mostró su apoyo al argentino, haciéndole saber que no debía preocuparse por su más reciente sequía ni tampoco por las críticas, pues cuando fuera el momento, sus goles vendrían como la ketchup, todos de golpe.

Fue así como en la temporada 2008-2009, Higuaín pasó de anotar 9 goles por temporada a 24 y su nombre empezó a quedarse grabado en el fanático, semana tras semana. Ruud, por su parte, ya veía venir su inminente salida del conjunto blanco, debido a su condición física, pero los goles que el dejó de anotar fueron reemplazados por un cada vez más maduro Gonzálo, quien siguiendo el consejo de su amigo crack, entendía perfectamente como lidiar con las crisis.

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